La discapacidad intelectual puede ser causada por muchos y diversos trastornos en los que se detiene o no se completa la adquisición de las habilidades que contribuyen a la inteligencia global de la persona.

El diagnóstico de retraso se establece por comparación. Ante un niño con sospecha de retraso debe determinarse su nivel de desarrollo y compararlo con el neurodesarrollo que tiene la población de su misma edad. Para ello es necesario un conocimiento experto del neurodesarrollo que permita una acertada observación clínica.